martes, 23 de enero de 2018

OLLA DE SAN ANTÓN

INGREDIENTES

-
100 gr. de judías blancas.
500 gr. de habas secas.
1 trozo de espinazo.
1 rabo de cerdo.
1 trozo de careta de cerdo.
1 oreja de cerdo.
1 hueso de jamón.
1 pata de cerdo.
1 morcilla de cebolla.
1 hoja de laurel.
Sal.
1 chorreón de aceite de oliva.

PREPARACIÓN
La noche anterior se ponen las judías y las habas en remojo.
Al día siguiente se  quita la uña a las habas y se echan, junto a las judías, en una olla  de barro con el espinazo, el rabo, la oreja, la careta y la pata del cerdo y el hueso de jamón, y se ponen a cocer con agua, sal y la hoja de laurel.
Cuando rompa el hervor bajar la lumbre y cocer a fuego lento unos 30 minutos.
Añadir entonces la morcilla y dejar cociendo hasta que todo esté tierno.
Dejar reposar antes de servir.

Esta olla de San Antón es un plato representativo de la cocina granadina.
La tradición manda elaborarlo el 17 de Enero, fiesta de San Antonio Abad, protector de los animales. Su  fiesta coincide con la época de  la matanza del cerdo, razón por la cual este plato se hace a base de productos del mismo.

También es un plato típico de Jaén, cocinándose igualmente en esta fecha. Pero además lleva asociado una serie de tradiciones y  así  entre ellas, en la vigilia del día de San Antón, se encienden las lumbres en cada plaza o calle de Jaén, acudiendo a ellas los vecinos a festejar ese día.
Para ello, en la semana anterior, niños y mayores van recogiendo por las calles trastos viejos, maderas, cartones y cualquier otra cosa susceptible de ser consumida por el fuego, para hacer la lumbre más grande de la noche, compitiendo en buena lid con las fogatas de otras plazas o calles.
Para ello van recorriendo las calles, cantando una vieja canción,  que dice así :
Queremos tirajitos,
Queremos tirajitos,
Queremos tirajitos,
Pá la lumbre San Antón.
Son días de mucho alborozo para los niños, y lo digo por experiencia, pues no me perdía ni un solo año esta fiesta, que celebraba con mi familia en la plazoleta de  Las Cruces . Tampoco me perdía sus prolegómenos, que compartía con mis hermanos y los demás niños de la calle  Espartería, que unidos a los de la  calle Capitán Oviedo y  la calle Salido, competíamos frente a los de la Plaza de San Bartolomé , para obtener  los suficientes tirajitos para que nuestra lumbre fuera la más alta y el monigote que la culminaba llegara al cielo .
En fin, recuerdos maravillosos de una infancia maravillosa, que no volverá , pero que ahora puedo volver a vivir gracias a este libro, que tantos momentos y acontecimientos me está trayendo a la memoria, y que espero ocurra a muchos de quienes lo lean.










1 comentario:

  1. Qué bien describes como era esta noche en nuestra infancia. Luego estuvo algo olvidada pero, en los últimos años se ha vuelto a retomar aunque un poco más artificial
    La receta de tu madre es un plato suculento, ideal para estas fechas.

    ResponderEliminar