martes, 4 de febrero de 2014

EMPAREDADOS DE TEO



INGREDIENTES

Una bolsa de pan de molde
300 gr. de jamón serrano cortado en lonchas
 Huevos     
Aceite de oliva
Leche

PREPARACIÓN

Cortar cada rebanada de pan en cuatro trozos. Rellenarlos de jamón formando  dos sandwiches pequeños. Repetir esta  operación hasta terminar con todo el pan.

Colocarlos en una bandeja y rociarlos con leche hasta que queden bien empapados.
Cubrir con papel de aluminio y ponerles encima peso para que queden prensados y empapados durante dos horas.

A continuación pasarlos por huevo batido, freírlos en el aceite de oliva y escurrir en papel de cocina.  Servir.

Estos emparedados los hace mucha gente, pero seguramente no ponen en ellos tanto amor y cariño como Teo. Y es que ella es todo cariño y ternura hacia los demás, a los que ha consagrado toda su vida, como reflejo de su amor a Dios.
 Es Teo una mujer bien parecida y elegante, tanto por fuera como por dentro y que Dios ha puesto en mi camino para aprender lo que es la generosidad con el ser humano, sobretodo con los menos favorecidos ; la paciencia con quienes nos rodean y el intentar siempre buscar una solución para contentar a todos ;  la alegría que contagia a todo el que se acerca a ella, aunque en su interior ella esté sufriendo.
Me ha enseñado una de las cosas que más te llenan en la vida : compartir con los demás, hacer cosas por los demás y olvidarnos a ratos de nosotros mismos para ver la realidad que nos rodea y valorar todo lo que somos y tenemos de bueno.
A parte de su bondad hay algo que llama mucho la atención de Teo y es su  ingenuidad, su alma es tan blanca como la de un niño y su entusiasmo y capacidad de asombro infinitos y eso es algo, que en los tiempos que corren es difícil encontrar.
Pero sobretodo he encontrado en Teo una buena amiga, que sabe escuchar y que siempre te  entiende y consuela.

Es por todo esto por lo que creo que nadie puede hacer unos emparedados como los suyos, porque llevan otros ingredientes que no se pueden comprar y de los que Teo tiene una despensa enorme en su corazón. Gracias, Teo.

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