jueves, 27 de octubre de 2011

Salmorejo

INGREDIENTES.

2 Kg. de tomates rojos maduros, pero no pasados.

1 diente de ajo grande o dos pequeños.
Una barra y media de pan del día anterior (orientativo).
200 cc. de aceite de oliva virgen.
Sal 
Jamón picado
2 huevos cocidos

PREPARACIÓN
Pelar los tomates y trocearlos. Picar el diente de ajo. Poner  ambas cosas en la batidora de vaso de cristal con un poco de sal y el aceite y triturar todo bien.
Picar el pan en trozos pequeños e ir añadiendo poco a poco. hasta conseguir el espesor deseado. A mi, particularmente, me gusta bastante espeso.
Es aconsejable para que la batidora vaya mejor hacerlo en dos veces, cuidando poner medio ajo en cada ocasión o si los ajos son pequeños uno.
Probar para rectificar de sal, si fuera necesario.

Volcar en una fuente y adornar con el jamón y los  huevos cocidos, todo bien picadito.

 Y me pregunto yo, ¿Hay algo mejor en verano que un buen gazpacho frío o un buen salmorejo? Pues este último se ha convertido en el plato estrella de mi casa en verano y se lo debo a Antonio, mi compadre, quien a veces se mete en la cocina, en la que disfruta como buen comedor que es, y nos prepara unas tapas al estilo jiennense. Éstas, acompañadas de una cerveza fresquita, nos reponen  y devuelven la vida, cuando a la vuelta de la playa los rayos de sol  más calientan y han aumentado los grados de nuestro cuerpo. 
A cambio, yo le obsequio, de vez en cuando, con  uno de mis postres que más le gustan, las natillas con galletas, mojadas en coñac, que rebaña con ahínco, como un niño un helado.
Pero si hay algo con lo que asociamos siempre a Antonio es  con la típica  y reparadora siesta andaluza, sin duda necesaria,  por los estragos que el calor hace en el sur, y por la que tanto me meto con él . 
Sin embargo y para que vea que no hay nada personal en todo esto, quiero aquí cantar las excelencias de lo que Camilo José Cela llamaba el “yoga ibérico”.
Aunque se atribuye a San Isidro el invento de este reparador hábito, la verdad es que se está convirtiendo en una revolución fuera de nuestras fronteras.
La siesta, denominada por los romanos “sexta hora”, está dirigida a limitar el bajón que atraviesa nuestra energía entre las 13 h. y 16 h..
La duración no debe ser inferior a 15 minutos ni superior a una hora, pues en este último caso nos solemos levantar con mal humor y doy fe de ello.
Son varios los estudios que se han hecho sobre las virtudes terapéuticas de la siesta  y ,como no, los americanos  la están tratando de introducirla en la dinámica laboral de  las empresas, como un recurso natural que favorece el rendimiento de los trabajadores. 
Por último y saliendo al paso de esa fama de poco trabajadores que tenemos los andaluces, que se nos representa siempre echando la siesta, he de decir que son los valencianos los que se llevan la palma a la hora de tan buena costumbre, seguidos de  extremeños e isleños, por lo que pido desde aquí que nos quiten ese San Benito, que  tan inmerecidamente nos han colgado.



Ahora está de moda presentar aperitivos en vasitos y la verdad es que para una fiesta tipo buffet quedan genial. Pues aquí los tenéis.




No hay comentarios:

Publicar un comentario